El COVID ha profundizado las desigualdades existentes en un momento en el que ya muchas democracias se encontraban en crisis. Los límites del modelo económico estaban ya manifiestos, y la pandemia reinstaló la discusión. La crisis hace urgente lo evidente: debemos repensarnos como humanidad y encontrar formas de vivir de manera equitativa y sostenible.
Es ahora cuando la izquierda tiene que construir proyectos políticos a la altura de los desafíos, asumir posiciones y proponer alternativas de políticas públicas progresistas tanto nacionales como regionales y globales. Por eso estimulamos y acompañamos los debates necesarios.